Director de la Escuela Andaluza de Yoga "Nací en Marruecos donde tuve una niñez muy difícil. A muy corta edad, conocí a un maestro de artes marciales que me enseñó las primeras nociones de concentración y silencio, gracias a los castigos que me imponía por mis comportamientos. Me sentaba durante mucho tiempo en una postura con los ojos cerrados. Muchos años más tarde, ya en el mundo del Yoga, descubrí que era una postura llamada Padmasana. Aprendí también a respirar. Llevado por el impulso de la pobreza, me fui interesando por el deporte; primero como defensa ante el entorno hostil que vivía, ya que era de piel oscura y pobre, dos características que no ayudaban a salir adelante. Después, el deporte me sirvió como medio de vida y algunos años después, me ayudó a salir de mi país en busca de una vida mejor para mí y para mi familia. Llegué a España hace unos 27 años. Me dediqué al culturismo con una vocación de disciplina y determinación que han marcado mi camino. Fui campeón del mundo en mi categoria y gané varios premios. Durante mis duros entrenamientos en las máquinas de los gimnasios, ponía en práctica muchas de las enseñanzas que de niño aprendí con el maestro de Kung-Fú. Incluso, de forma completamente autodidacta e intuitiva, me vi estirando con posturas de Yoga e incluso enseñándolas a algunos compañeros. Un tiempo después, quise ya indagar acerca de aquello que mi cuerpo y mi mente buscaban a diario. Alguien me indicó que lo que estaba haciendo se llamaba Yoga ¿Yoga? ¿Existe algo similar? ¿Alguien sabe dónde aprender eso? Con mucha ansiedad busqué noticias relacionadas con el Yoga y no solamente me empapé de aquel descubrimiento, sino que comencé a dar clases, yo mismo, sin ninguna formación, de eso que se llamaba Yoga. Mis clases, para mi sorpresa, estaban llenas. Tuve que tomar en serio el hecho de tener que formarme en esa especialidad. Cayó en mis manos una revista en la que vi que la Escuela Internacional de Yoga (desconocida para mí) abría una escuela en Marbella e impartía formación de profesores. Aún a sabiendas de que no me aceptarían me dispuse a entrevistarme con ellos. Me equivoqué. No solamente pude empezar una gran formación sino que ese día cambió mi vida y comenzó para mí mi nuevo camino, claro y maravilloso. A partir de ese día, toda mi dedicación está centrada en el Yoga, no solo como práctica física sino también espiritual. Hoy día soy un profesor-máster certificado por la Yoga Alliance, por la European Yoga Federation y por la Federación Española de Yoga Profesional. Mi experiencia en el mundo de los deportes, en especial el culturismo, hace que mis clases estén orientadas a la precisión y la profundización en las asanas y el movimiento. La impronta que dejó en mí las artes marciales y la espiritualidad que desarrollo en mi vida también hacen que mis clases de Yoga desplieguen una gran sensibilidad meditativa y una proyección interior para el crecimiento y la reflexión.

Abdel 1997 – Abdel 2015 Han pasado muchos años entre cada foto, pero sobre todo ha pasado mucho aprendizaje… de cuerpo, mente y espíritu. Como culturista que fui, me convertí en una persona competitiva cuyo único objetivo era ser cada vez más grande y más fuerte, pero sólo trabajaba una parte de mí, un cuerpo, un físico. Con el merecido respeto a todos los culturistas y amantes de este deporte, yo no era más que uno más de los miles que pensaba que la imagen lo era todo en la vida. Con los años me he dado cuenta de que por esa imagen sacrifiqué parte de mí, sacrifiqué mi propia salud física sin saber que esta última no es nada sin la salud de la mente y del espíritu. Las tres son una, se sanan unas a otras generando un perfecto equilibrio. Aun con todo aquella parte de mi vida fue una buena experiencia, no me arrepiento de haber sido culturista pero tampoco me arrepiento de haberlo dejado para ser yogui, para practicar y para enseñar a los demás lo que sé de mi experiencia. Quizás en la imagen no veamos similitudes, pero os aseguro que es la misma persona con la misma fuerza, una fuerza que proviene de la mente, cuerpo y espíritu.